domingo, 10 de abril de 2016

CARDEÑA-ALDEA DEL CEREZO 9 DE ABRIL DE 2016





Dejamos los coches en los aledaños de la Plaza de la Independencia, en el centro de Cardeña, de donde sale la calle Aldea del Cerezo en dirección sureste. La seguiremos hasta salir del pueblo y cruzar bajo la variante de la carretera N-420. Pocos metros antes de este paso hay un pozo de piedra del que nos aprovechamos para hacer la foto de grupo previa al recorrido.
Al poco veremos la señal de inicio del sendero y tenemos una ligerísima subida en la que la derecha se ven las naves de una industria de embutidos. Estamos en la Vereda de Valdecañas, un camino antiguo que une Cardeña con Aldea del Cerezo, y que a la vez es una vía pecuaria. Es una pista ancha, con buen firme y casi siempre jalonada por los típicos muretes de piedra granítica que sirven de cercado de las fincas. La pista resulta incómoda para caminar: terreno duro y con mucha gravilla suelta, pero en la margen derecha del camino hay una vereda por la que podemos caminar con un firme más agradable y mucha más sombra. El camino discurre en dirección este y con una pendiente ligera a nuestro favor. El paisaje es el típico correspondiente a la zona de Los Pedroches: planicies cubiertas de amplias dehesas de encinas. El matorral, a excepción de las proximidades de las vallas y cunetas, es prácticamente inexistente, ya que la ganadería, y tambiénlas roturaciones, impiden su desarrollo. En los escasos lugares que se le permite, vemos como crece la jara pringosa, la blanca o el tomillo. Bajo las encinas suelen pacer vacas y ovejas y podremos ver algunos cerdos ibéricos. 
 Apenas hemos andado kilómetro y medio, cruzamos el Arroyo de Las Gabias que nace a nuestra derecha y desemboca en el del Robledillo, que alimenta el Embalse  de Las Tejoneras y que vadearemos cuando tomemos el sendero de Azuel. Dos kilómetros más adelante, a la izquierda, bien señalizado, parte el camino que lleva al embalse en poquísimo más de un kilómetro. Hay un puesto de observación de aves junto a los carrizales.

Embalse de Las Tejoneras

Volvemos de nuevo a la pista y a unos 600 metros encontramos a nuestra derecha un cercado correspondiente a lo que fuera la mina El Cano de la que entre 1953 y 1970 de extrajo uranitita; unos pocos metros más adelante cruzan la pista el gaseoducto Huelva-Sevilla-Madrid y una línea de alta tensión.

Mina El Caño
Medio kilómetro más adelante dejaremos la vereda de Valdecañas,  que gira en un cruce a la derecha y seguiremos recto por otra vía pecuaria, en este caso una colada de kilómetro y medio que nos llevará a nuestro destino.  Poco antes de llegar, pasaremos por un puentecillo nuevo sobre el arroyo Rabiavacas, con sus márgenes discretamente cubiertas por un bosque de ribera. También veremos afloramientos rocosos, llamados aquí lomos de ballena o bolos de granito. Finalmente alcanzaremos la abandonada Aldea del Cerezo.
Puente sobre el Arroyo Rabiavacas
Aldea del Cerezo




Arroyo Robledillo
En esta aldea podemos diferenciar dos zonas: la parte alta, más derruida y orientada al norte, y una parte baja restaurada pero también abandonada que mira al sureste. Tanto una como la otra se encuentran en un lamentable estado de cuidado (…). Aprovechamos para tomar un bocadillo en un pequeño graderío  que hay mirando al camino de Azuel, que sale en dirección norte tras volver a cruzar el arroyo Rabiavacas. Inmediatamente encontramos una bifurcación en la que se inicia nuestro sendero, tomando el camino de la derecha. Vemos por aquí vegetación de ribera, como álamos, fresnos o higueras. El paisaje lo conformas dehesas en las que la ganadería es la protagonista (ovejas, vacas, cerdos y algunos caballos). Es un camino más agradable de hacer en el que podemos tener mayor contacto con el medio natural; tras una ligera subida y bajada llegamos donde el arroyo del Zas confluye con el arroyo Robledillo, cruzamos una nueva cancela y subimos en dirección noreste unos 500 metros para girar a laizquierda por camino(desde el que pudimos contemplar algunos buitres leonados) y que nos llevará tras otra cancela a la Colada de Azuel que discurre paralela al arroyo del Zas hasta llegar a las Casas del Enebrillo; en menos de 200 metros alcanzaremos el Camino de los Madereros que nos devolverá a Cardeña.


Este camino es de muy similar al de la Vereda de Valdecañas, una pista llena de baches, con gravilla suelta, bordeada por el vallado de explotaciones ganaderas y amplias dehesas en las que volvemos a ver cerdos, ovejas y cabras principalmente y, en ocasiones, alguna cigüeña andando. Conforme nos vamos acercando al Cardeña se hace más patente la presencia del hombre en forma de cultivos, casas y alojamientos rurales. Llegamos a Cardeña bajo otro paso que está medio kilómetro más al norte del por el que comenzamos la ruta, tras subir una pequeña cuesta, tomamos una veredilla a la izquierda, tras subir una pequeña cuesta, tomamos una veredilla a la izquierda, bordeamos la parte trasera de una casas y salimos al lateral de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y de aquí a la Plaza de la Independencia.

 
Vereda de Valdecañas

Arroyo Rabiavaca

Graderío

Orchys Papilonacea

Charca en las Casas del Enebrillo

Quejigos, robles melojos y encinas




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