Dejamos los coches en los
aledaños de la Plaza de la Independencia, en el centro de Cardeña, de donde
sale la calle Aldea del Cerezo en dirección sureste. La seguiremos hasta salir
del pueblo y cruzar bajo la variante de la carretera N-420. Pocos metros antes
de este paso hay un pozo de piedra del que nos aprovechamos para hacer la foto
de grupo previa al recorrido.
Al poco veremos la señal de
inicio del sendero y tenemos una ligerísima subida en la que la derecha se ven
las naves de una industria de embutidos. Estamos en la Vereda de Valdecañas, un
camino antiguo que une Cardeña con Aldea del Cerezo, y que a la vez es una vía
pecuaria. Es una pista ancha, con buen firme y casi siempre jalonada por los
típicos muretes de piedra granítica que sirven de cercado de las fincas. La
pista resulta incómoda para caminar: terreno duro y con mucha gravilla suelta,
pero en la margen derecha del camino hay una vereda por la que podemos caminar
con un firme más agradable y mucha más sombra. El camino discurre en dirección este
y con una pendiente ligera a nuestro favor. El paisaje es el típico
correspondiente a la zona de Los Pedroches: planicies cubiertas de amplias
dehesas de encinas. El matorral, a excepción de las proximidades de las vallas
y cunetas, es prácticamente inexistente, ya que la ganadería, y tambiénlas
roturaciones, impiden su desarrollo. En los escasos lugares que se le permite,
vemos como crece la jara pringosa, la blanca o el tomillo. Bajo las encinas suelen
pacer vacas y ovejas y podremos ver algunos cerdos ibéricos.
Apenas hemos andado kilómetro y
medio, cruzamos el Arroyo de Las Gabias que nace a nuestra derecha y desemboca
en el del Robledillo, que alimenta el Embalse de Las
Tejoneras y que vadearemos cuando tomemos el sendero de Azuel. Dos kilómetros
más adelante, a la izquierda, bien señalizado, parte el camino que lleva al
embalse en poquísimo más de un kilómetro. Hay un puesto de observación de aves
junto a los carrizales.
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Embalse de Las Tejoneras |
Volvemos de
nuevo a la pista y a unos 600 metros encontramos a nuestra derecha un cercado
correspondiente a lo que fuera la mina El Cano de la que entre 1953 y 1970 de
extrajo uranitita; unos pocos metros más adelante cruzan la pista el gaseoducto
Huelva-Sevilla-Madrid y una línea de alta tensión.
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Mina El Caño |
Medio kilómetro más adelante dejaremos
la vereda de Valdecañas, que gira en un
cruce a la derecha y seguiremos recto por otra vía pecuaria, en este caso una
colada de kilómetro y medio que nos llevará a nuestro destino. Poco antes de llegar, pasaremos por un
puentecillo nuevo sobre el arroyo Rabiavacas, con sus márgenes discretamente cubiertas
por un bosque de ribera. También veremos afloramientos rocosos, llamados aquí lomos de ballena o bolos de granito. Finalmente alcanzaremos la abandonada Aldea del
Cerezo.
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Puente sobre el Arroyo Rabiavacas |
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Aldea del Cerezo |
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Arroyo Robledillo |
En esta aldea podemos diferenciar
dos zonas: la parte alta, más derruida y orientada al norte, y una parte baja
restaurada pero también abandonada que mira al sureste. Tanto una como la otra
se encuentran en un lamentable estado de cuidado (…). Aprovechamos para tomar un
bocadillo en un pequeño graderío que hay
mirando al camino de Azuel, que sale en dirección norte tras volver a cruzar el
arroyo Rabiavacas. Inmediatamente encontramos una bifurcación en la que se
inicia nuestro sendero, tomando el camino de la derecha. Vemos por aquí
vegetación de ribera, como álamos, fresnos o higueras. El paisaje lo conformas
dehesas en las que la ganadería es la protagonista (ovejas, vacas, cerdos y algunos
caballos). Es un camino más agradable de hacer en el que podemos tener mayor
contacto con el medio natural; tras una ligera subida y bajada llegamos donde
el arroyo del Zas confluye con el arroyo Robledillo, cruzamos una nueva cancela
y subimos en dirección noreste unos 500 metros para girar a laizquierda por
camino(desde el que pudimos contemplar
algunos buitres leonados) y que nos llevará tras otra cancela a la Colada de
Azuel que discurre paralela al arroyo del Zas hasta llegar a las Casas del Enebrillo; en menos de 200 metros alcanzaremos el
Camino de los Madereros que nos devolverá a Cardeña.
Este camino es de muy similar al de la Vereda de
Valdecañas, una pista llena de baches, con gravilla suelta, bordeada por el
vallado de explotaciones ganaderas y amplias dehesas en las que volvemos a ver
cerdos, ovejas y cabras principalmente y, en ocasiones, alguna cigüeña andando.
Conforme nos vamos acercando al Cardeña se hace más patente la presencia del
hombre en forma de cultivos, casas y alojamientos rurales. Llegamos a Cardeña
bajo otro paso que está medio kilómetro más al norte del
por el que comenzamos la ruta, tras subir una pequeña
cuesta, tomamos una veredilla a la izquierda, tras subir una pequeña cuesta, tomamos una veredilla a la
izquierda, bordeamos la parte trasera de una casas y salimos al lateral de la
Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y de aquí a la Plaza de la Independencia.
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Vereda de Valdecañas |
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Arroyo Rabiavaca |
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Graderío |
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Orchys Papilonacea |
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Charca en las Casas del Enebrillo |
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Quejigos, robles melojos y encinas |
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